Marcos 16, 6
“No se asusten. Ustedes buscan a Jesús Nazareno, el
que fue crucificado. Resucitó; no está aquí.
Juan 11, 23-26
Jesús dijo: “Tu hermano resucitará” Marta respondió:
“Yo sé que resucitará en la resurrección de los muertos, en el último día”.
Jesús dijo: “Yo soy la resurrección. El que cree en
mí, aunque muera, vivirá. El que vive por la fe en mí, no morirá para siempre”
Juan 10, 9-10
Yo soy la puerta: el que entra por mi esta salvo.
Yo, en cambio, vine para que tengan vida y sean colmados.
Reflexión
Con el poder de la resurrección, Jesús venció el
pecado, para que éste no tenga dominio en el hombre. Así mediante la
resurrección el hombre es rescatado de la muerte y devuelto a la vida, es
sacado del pecado y llevado al camino del amor, de fe y del perdón. Su vida de
tinieblas se transforma en una senda de luz. La resurrección es un llamado a la
vida y a la esperanza.
Jesús a través del poder de su resurrección no regala
la vida, sana el pasado, transforma nuestro presente, y construye nuestro futuro. Esta
transformación saca al hombre de su antigua manera de vida, y le abre el paso
para conducirlo hacia un camino de fe y espiritualidad que lo guía al encuentro
con Dios. Esta resurrección da la esperanza que le permite al hombre vencer
todo camino de muerte y obscuridad, para tener vida en Jesús resucitado Se combate y se vence la muerte con la vida.
La mayor obra de Dios es La Resurrección, porque a través de ella él nos
da la vida misma. La Resurrección es la
puerta por donde se entra a la vida.
Este poder de la resurrección sólo se puede sentir y
vivir a través de los ojos de la fe. Todo es cuestión de fe y creen aquellos
que su propia experiencia dispone para entrar en esta verdad que es la Verdad
ultima; Dios vivo ama y resucita hombres. Creen aquellos que han entendido que
Dios se da a conocer en las pruebas y saben que devuelve la esperanza en el
momento que todo parecía perdido.
María Díaz
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