domingo, 20 de marzo de 2016

Consecuencias del descuido



Mateo 25, 1-13
Diez jóvenes salieron con sus lámparas para recibir al novio. De ellas, cinco eran descuidadas, y las otras previsoras.

Las descuidadas tomaron sus lámparas como estaban, sin llevar más aceite. Las previsoras en cambio, junto con las lámparas llevaron sus botellas de aceite. Como el novio demoraba en llegar todas terminaron por quedarse dormidas.

Pero al llegar la media noche, alguien gritó: “¡Viene el novio salgan a recibirlo!” Todas las jóvenes se despertaron inmediatamente y prepararon sus lámparas. En cambio las descuidadas dijeron a las previsoras; “Dennos aceite porque nuestras lámparas están apagadas.” Las previsoras dijeron: “Vallan mejor a comprarlo, pues el que nosotras tenemos no alcanzará para ustedes y para nosotras.”

Mientras iban a comprarlo vino el novio, y las que estaban preparadas entraron con él en la fiesta de las bodas y cerraron la puerta.

Cuando llegaron las otras jóvenes, dijeron: Señor, Señor, ábrenos”. Pero el respondió: “En verdad no las conozco.” Por eso añadió  Jesús, estén despiertas, porque no saben el día ni la hora.

Reflexión

La fidelidad y perseverancia son necesarias para mantenerse firme en la vida de oración. Es necesaria la fe para poder enfrentar y sobrellevar las pruebas y situaciones difíciles de la vida diaria. Si te cansas, te descuidas o te duerme, dejas pasar el momento de permitir que Dios venga y entre en tu vida. La fe de temporada, de momento o de entusiasmo no se vale. Tienes que mantenerte firme y constante orando y en comunión diaria con Dios para no desmayes.

La oración no se puede agotar. Tu vida de oración ha de estar constantemente llena de de fe y perseverancia. Si te descuidas se te acaba el aceite;  o sea la fe, la esperanza el amor y la falta de de entrega y compromiso hacia lo que realmente tiene valor. En la vida de oración la fe, el amor y la esperanza, solo la cultivas tu mismo con la comunión diaria con Dios. Tú no puedes pedir prestado a los demás la fe, porque cada cual tiene su vida de oración con su fe y esperanza en particular. Cada vida es diferente.

No te puedes descuidar en la oración, porque en ese descuido sobreviene la prueba o situación difícil y a través de esta situación puede venir la visita de Dios a tu vida, y tú no estabas  preparado ni para la prueba ni para la visita de Dios. Si no estás preparado, no puedes reconocer a Dios mediante esta situación o prueba, tampoco podrás recibir a Dios en esa circunstancia de vida, y Dios no puede entrar a tu vida. Para reconocer a Dios y dejarlo entrar a tu vida tienes que mantenerte firme en la fe mediante la vida de oración

El descuido nubla la vista y la razón y no se puede ver ni apreciar con claridad lo que realmente tiene valor en la vida.

María Díaz. MSN, Coach de Vida