jueves, 27 de abril de 2017

Echa fuera de ti el temor

Josué 1, 8
Yo soy quien te manda; esfuérzate y se valiente. No temas ni te asustes, porque contigo está Yavé, tu Dios, a dondequiera que vayas.

Hechos 18, 9-10
No tengas miedo.
Yo estoy contigo y nadie podrá dañarte.

Jueces 6, 12, 23
Yavé está contigo valiente guerreo.

Judit 11, 1
Ten confianza, mujer no tengas miedo.

2-crónicas 15-17
No teman ni se asusten.
No teman ni se acobarde, pues Yavé estará con ustedes.

Salmo 118, 6
Si yo tengo al Señor, no tengo miedo.

El temor de confunde.

El temor te impide dar lo mejor de ti

El temor te saca de tu lugar.

El temor te lleva a vivir en soledad.

El temor detiene tu propósito de vida.

El temor te lleva a mentir.

El temor te saca y te aparta de la voluntad de Dios.

El temor te roba el deseo de ser generoso y ayudar a los demás.

El temor debilita, limita y anula lo mejor de ti

El temor te roba tus metas.

El temor te lleva a la desobediencia.

El temor te lleva a perderte por el camino de la maldad.

El temor te quita el deseo de congregarte para alabar y adorar a Dios.

El temor te lleva a la infidelidad y a la traición.

María Díaz
Jueves  27 de abril de 2017

 


sábado, 22 de abril de 2017

Levantar Esperanza Es:


Ver el rostro de Dios en el prójimo.

Brindar servicios de apoyo socio espiritual.

Fomenta el deseo por el bien.

Eliminar prejuicios.

Hacer todo lo posible, para vivir en paz con todos.

Ser humilde, amables, pacientes, y soportarse unos a otros con amor.

No hacer a nadie lo que no quieras para ti.

Guiar a la persona hacia un encuentro personal para que se reconcilie consigo misma y con los demás.

Crear conciencia de unión colectiva.

Búsqueda y promoción de la justicia social mediante actos de bondad.

Promover el compromiso personal.

Fomentar el respeto personal, familiar y social.

Desarrollar confianza en sí mismo y en los demás

Promover conciencia de unidad familiar.

Compartir con los necesitados.

Practicar la justicia toda tu vida, y no apartarse de sus caminos.

Motivar a lo demás a salir de sí mismo y dejar el egoísmo, los rencores  el resentimientos  y las diferencias.

Acudir al enfermo, necesitado, marginado y abandonado y llevarle un mensaje de paz, perdón, amor, pero sobre todo de reconciliación.

Hacer que se mantenga siempre encendida la llama de fuego del amor cristiano.

Fomentar el desarrollo de la amabilidad, generosidad, esperanza y el perdón.

Vivir en unión, armonía y solidaridad, apoyando al prójimo sin distinción de persona o clase social, sino reconociendo sus necesidades y buscando los medios para la satisfacción de las mismas.

Amarse  unos a otros con sinceridad de intención, compartiendo las preocupaciones de los demás con amor fraterno.

Consciente y voluntariamente desarrollar hábitos de cortesía y respeto dirigidos hacia el bien colectivo de la sociedad.

Llevar a cabos acciones dirigidas hacia el desarrollo e implementación de actitudes positivas que promuevan la convivencia fraterna.

Realizar actividades que promuevan el desarrollo de pensamientos de esperanza fraternal

Adopten patrones de conductas basadas en de actos de amor, bondad, piedad, misericordia, caridad, compasión, respeto, justicia, solidaridad, confraternización.

Guiar nuestros actos con sentido de dirección hacia el cumplimiento de normas basadas en la nobleza de sentimientos y de piedad fraterna

Mostrarse buenos y compasivos unos con otros, perdonándonos mutuamente, como Dios nos perdonó en Cristo.

María Díaz. Enfermera. Coach de Vida. Mediadora. cnico en Aromaterapia

Sábado 22 de abril de 2017

domingo, 16 de abril de 2017

Bendición en Cristo Resucitado




Que la Luz de Cristo Resucitado ilumine toda su vida
y les colme de Abundantes e Infinitas Bendiciones.

Les desea de Enlace de Vida Espiritual
María Dí

La Resurrección Puerta a la Vida


Marcos 16, 6

“No se asusten. Ustedes buscan a Jesús Nazareno, el que fue crucificado. Resucitó; no está aquí.

Juan 11, 23-26

Jesús dijo: “Tu hermano resucitará” Marta respondió: “Yo sé que resucitará en la resurrección de los muertos, en el último día”.

Jesús dijo: “Yo soy la resurrección. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. El que vive por la fe en mí, no morirá para siempre”

Juan 10, 9-10

Yo soy la puerta: el que entra por mi esta salvo.

Yo, en cambio, vine para que tengan vida y sean colmados.

Reflexión

Con el poder de la resurrección, Jesús venció el pecado, para que éste no tenga dominio en el hombre. Así mediante la resurrección el hombre es rescatado de la muerte y devuelto a la vida, es sacado del pecado y llevado al camino del amor, de fe y del perdón. Su vida de tinieblas se transforma en una senda de luz. La resurrección es un llamado a la vida y a la esperanza.

Jesús a través del poder de su resurrección no regala la vida, sana el pasado, transforma nuestro  presente, y construye nuestro futuro. Esta transformación saca al hombre de su antigua manera de vida, y le abre el paso para conducirlo hacia un camino de fe y espiritualidad que lo guía al encuentro con Dios. Esta resurrección da la esperanza que le permite al hombre vencer todo camino de muerte y obscuridad, para tener vida en Jesús resucitado Se combate y se vence la muerte con la vida.

La mayor obra de Dios es La Resurrección, porque a través de ella él nos da la vida misma. La Resurrección es la puerta por donde se entra a la vida.

Este poder de la resurrección sólo se puede sentir y vivir a través de los ojos de la fe. Todo es cuestión de fe y creen aquellos que su propia experiencia dispone para entrar en esta verdad que es la Verdad ultima; Dios vivo ama y resucita hombres. Creen aquellos que han entendido que Dios se da a conocer en las pruebas y saben que devuelve la esperanza en el momento que todo parecía perdido.

María Díaz

viernes, 14 de abril de 2017

La cruz de Jesús, dignidad del hombre

Juan 19, 16-17 - Jesús carga con la cruz a cuestas

Entonces Pilato  le entregó a Jesús para que fuera crucificado. Ellos se apoderaron de Jesús; él mismo llevaba la cruz a cuestas y salió a un lugar llamado Calavera, que en hebreo se dice Gólgota.

Juan 19, 14-19 - Jesús muere en la cruz

Era el día de la preparación de la Pascua, alrededor del mediodía. Pilato dijo a los judíos: “Ahí tienen a su rey.” Ellos gritaron:  !Fuera¡, !fuera¡ “!Crucifícalo¡” Pilato les respondió: “¿Debo yo crucificar a su rey?” Los jefes de los sacerdotes contestaron: “No tenemos más rey que el César.” Entonces Pilato le entregó a Jesús para que fuera crucificado.

Ellos de apoderaron de Jesús; él mismo llevaba la cruz a cuestas y salió a un lugar llamado Calavera, que en hebreo quiere decir Gólgota. Allí lo crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado y en el medio a Jesús.

Pilato mandó escribir un letrero y ponerlo sobre la cruz. Tenía escrito: “Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos.

Efesios 2, 15

Destruyo el odio y los reconcilio, con Dios, por medio de la cruz

Colosenses 1, 20

Porque quiso reconciliar consigo todo lo que existe, y por él, por su sangre derramada en la cruz, Dios establece la paz tanto sobre la tierra como en el cielo.

Reflexión 

La cruz de Jesús dignifica al hombre... Porque al Jesús cargar con la cruz a cuesta significa cargar con el peso entero de todo nuestro ser en su totalidad, sin dejar nada. En ese momento él se despoja y se olvida de sí mismo para, acoger todo nuestro pecado. El cargar esa cruz es tomar para sí mismo el pecado, dolor y sufrimiento, que le correspondía a la humanidad. 

La cruz de Jesús dignifica al hombre... Porque en la cruz de Jesús está el verdadero sentido del amor al prójimo, el verdadero valor del heroísmo al morir crucificado para salvación de la humanidad.

La cruz de Jesús dignifica al hombre... Porque a través de la cruz Jesús recata al hombre de pecado y de la muerte. Esta bendita cruz es el mayor escudo de protección en contra de la fuerza del mal y las tinieblas.

La cruz de Jesús dignifica al hombre... Porque  por medio de la cruz Jesús enriquece la vida  y el espíritu y levanta al hombre del suelo y lo eleva a las mansiones celestiales.

La cruz de Jesús dignifica al hombre... Porque es a través de esta bendita cruz que Jesús nos limpia, purifica y nos dignifica como seres humanos

La cruz de Jesús dignifica al hombre, porque a través de ella Cristo conquista las almas para la eternidad.

La cruz de Jesús dignifica al hombre, porque a través de ella se obtiene el perdón de los pecados,

La cruz de Jesús dignifica al hombre,  porque a través de ella se obtiene la victoria sobre la muerte.

La cruz de Jesús dignifica al hombre, porque a través de ella, se cambia el corazón, se logra una transformación espiritual que permite que brote el amor hacia Dios y el amor fraternal que lleva  a la paz y a reconciliar al hombre consigo y con la humanidad.

Jesús al cargar la cruz  acuestas y morir crucificado en ella es proclamado Rey de los Judíos. Y  así a través de la cruz Jesús obtiene el poderío sobre el enemigo de las almas. Es por esto el valor de ella.

La Cruz de Jesús es dignidad del Hombre

María Díaz



domingo, 9 de abril de 2017

A ti te digo


Efesios 4, 17-32

Le digo, pues, y con insistencia les advierto en el Señor: no imiten a los paganos, que se preocupan y se mueven por cosas inútiles. Su inteligencia está en tinieblas y se quedan en la ignorancia y la conciencia ciega, muy lejos de la vida de Dios. Después de perder el sentido moral se han dejado llevar por el libertinaje y se entregan con avidez a toda clase de inmoralidad.

Pero ustedes no aprendieron así de Cristo, si es que de veras oyeron de él y fueron enseñados según la verdad que está en Jesús. Ustedes tienen que dejar su manera anterior de vivir, el hombre viejo, cuyos deseos engañosos lo llevan a su propia destrucción.

Dejen que su mente se haga más espiritual, para que tengan nueva vida, y revístanse del hombre nuevo. Este es al que Dios creó a su semejanza, dándole la justicia y la santidad que proceden de la verdad.

Por eso, no más mentiras: que todos digan la verdad a su prójimo, ya que todos somos parte del mismo cuerpo. Enójense, pero sin pecar; que el enojo no les dure hasta el término del día, y no den lugar al demonio.

Que el que robaba, ya no robe, sino que se fatigue trabajando con sus manos en algo útil y tenga algo que compartir con los necesitados. No salga  de sus bocas ni una mala palabra, sino palabras buenas que edifiquen cuando sea necesario y que hagan bien a los que las oigan.

No entristezcan al Espíritu Santo de Dios; este es el sello con el que fueron marcados en espera del día de la salvación. Arranquen de raíz entre ustedes los disgustos, los arrebatos, el enojo, los gritos, las ofensas y toda clase de maldad. Por el contrario, muéstrense buenos y compasivos unos con otros, perdonándose mutuamente, como Dios las perdonó en Cristo


Referencia:
Biblia Latinoamericana IV Edición

 

 

 

 

sábado, 8 de abril de 2017

Esperanzados por la fe

Romanos 15, 13
Que Dios, fuente de toda esperanza, les conceda esa fe que da frutos de alegría y paz, y así se sientan cada día más esperanzados por el poder del Espíritu Santo.


Hebreos 11, 1
La fe es la manera de tener lo que esperamos, el medio para conocer lo que no vemos.


1 Juan 5, 4
La victoria por la que vencimos al mundo es nuestra fe.


Marcos 5, 36
“No tengas miedo, solamente ten fe.

 Marcos 11, 22 - 24
“Tengan fe en Dios” Les aseguro que él que diga a este cerro: ¡Levántate de ahí y tírate al mar!, sino duda en su corazón y cree que sucederá como dice, se le concederá. Por eso les digo: todo lo que pidan en la oración, crean que ya lo han recibido y lo tendrán.

 2 Corintios 5, 7
Pues caminamos por fe, sin  ver todavía.


Juan 11, 26, 40
“¿No te he dicho que si crees, vas a ver la gloria de Dios”.                                                                           


Hechos 16,31
“Ten fe en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu casa.”


Romanos 4, 16
Por eso la fe es el camino, porque la fe da lugar a la gracia de Dios.

Hebreos 12, 2
Levantemos la mirada hacia Jesús el que motiva nuestra fe y la lleva a la perfección.

Reflexión
Por la fe estamos en paz con Dios y tenemos esperanza. La fe mira al porvenir y se vuelve esperanza. La esperanza no espera en vano. La esperanza que es la fuerza que nos permite soportar y vencer.

Referencia
Biblia Latinoamericana IV Edición

lunes, 3 de abril de 2017

Jesús nos enseña cómo orar

Lucas 11, 1

Un día estaba Jesús orando en cierto lugar. Cuando terminaba su oración, uno de sus discípulos le pidió: “Señor, enséñanos a orar así como Juan enseño a sus discípulo

Mateo 6, 6-8

Tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y reza a tu Padre que comparte tus secretos, y tu Padre que ve los secretos, te premiará. Al orar no multipliquen las palabra, como hacen los paganos que piensan que por muncho hablar serán atendidos, ustedes no recen de ese modo, porque, antes de que pidan, el Padre sabe lo que necesitan.

Reflexión

Jesús nos invita a pedir con perseverancia, sin cansarnos nunca. No siempre nos dará lo que pedimos y en la forma en que lo pedimos. Ya que no sabemos lo que nos conviene. Pero nos dará un espíritu santo, es decir, una visión más clara de su voluntad y al mismo tiempo ánimo para cumplirla.

Si Dios no contesta de inmediato, no es porque le guste hacernos esperar, si debemos perseverar en la oración, no es que sea necesario un número determinado de invocaciones, sino porque se requiere cierta calidad, cierto tono o cierta nota de oración. Si fuéramos capaces de presentarla de entrada, sería inmediatamente escuchada.

Mientras no hayamos alcanzado a tocar esta nota, o más bien, extraerla de nosotros, Dios no puede ser vencido. No porque Dios se defienda, sino porque él es ternura  y fluidez, y mientras no exista algo semejante en nosotros, la corriente no pasa entre él y nosotros. El hombre se cansa orando, pero si persevera en vez de desanimarse, depondrá poco apoco su soberbia hasta que agotado y vencido, consiga muncho más de lo que hubiera podido desear.

La oración es el gemido del Espíritu Santo en nosotros. El mismo está esperando este gemido, que es el único que puede conmoverlo, porque en realidad, salió de propio corazón Este gemido es necesario para se haga un camino en nuestro corazón de piedra, y alcancemos a orar con un tono tal que armonice perfectamente con el deseo de Dios.

Referencia

La Biblia Latinoamericana IV Edición