martes, 28 de enero de 2014

No te quedes al margen de la Iglesia, comprometete con ella, descubre sus riquezas

Si el creyente se queda al margen de la Iglesia en la que encontró a Cristo, aprovechando sus servicios sin comprometerse, siempre le es fácil criticarla. Si entra realmente en ella y comparte su vida profunda, descubre lo que sólo ella puede entregar a todos los hombres; firmeza, paz y presencia de Dios.

Referencia:
Biblia Latinoamericana Edición IV

No te quedes al margen de la Iglesia y comprométete con ella
      para que descubras sus riquezas
 
Riquezas de la Iglesia
·         Mantiene encendido el fuego espiritual que Cristo vino a prender.
·         Forma cadenas de relaciones humanas auténticas.
·         Prepara la venida de hombres nuevos renovados por Cristo.
·         Provee la luz para iluminar al mundo.
·         Provee los medios para la salvación del hombre y de la humanidad.
·         Provee las Enseñanzas o sea la Palabra de Dios.
·         Enseña los caminos de Dios.
·         Mantiene la unidad en la fe
·         Impulsa al hombre a vivir en los caminos de Dios.
·         Provee las herramientas necesarias para enderezar la humanidad.
·         Estimula al hombre a dirigirse en torno a la luz de Cristo
·         Forma comunidades que vivan de la fe y unidas en el amor de Dios.
·         Exhorta a la adoración y alabanza a Dios
·         Forma hombres comprometidos que hacen prevalecer el reino de Dios aquí en la tierra.
·         Mantiene la unidad en el Espíritu.
·         Exalta la verdad y la justicia.
·         Transmite mensajes de salvación
·         Reparte el Cuerpo y La Sangre de Cristo por todo el mundo.
·         Saciar el hambre y la sed  de justicia, verdad y de amor del hombre.
·         Transforma corazones y mentes a través de mensaje de esperanza basado en  las promesas de Jesús
·         Da  a los hombres firmeza, paz y presencia de Dios.
·         Guía  al hombre hacia  una vida profunda  de oración.
·         Lleva al hombre a entrar en las profundidades de las dimensiones de la fe.
 

Transformación por la renovación de la mente

Romanos 12, 1-3, 6, 8

Les ruego pues, por la misericordia de Dios, que se entreguen ustedes mismos como sacrificio vivo y santo que agrada a Dios: éste es nuestro culto espiritual. No sigan la corriente del mundo en que vivimos, más bien transfórmense por la renovación de su mente. Así sabrán ver cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto.
No se estimen demasiado a sí mismos, sino dentro de lo prudente, y que cada cual sea consciente del lugar que Dios le ha señalado.

Así pues, sirvamos cada cual con nuestros diferentes dones.

Asimismo, debes dar con la mano abierta, presidir con dedicación, y en tus obras de caridad, mostrarte sonriente.

Reflexión

Entregarte a Dios libremente sin reservas ni temores, para conocer su voluntad y en la voluntad divina estar dispuesto y disponibles para el cumplimiento de sus planes en tu vida, para el bien de los de los demás. Debes ser genuino sin seguir la corriente del mundo. Mantenerte firme en lo que se cree, en la sana doctrina basada en la verdadera fe y Santa Palabra de Dios. Para si diariamente buscando cosas del cielo y no las de la tierra, puedas renovarte y transformarte interiormente en la mente y en el espíritu y así tener y expresar pensamiento, sentimientos y  acciones de bien.

 
A través de esta transformación y renovación de la mente podrás reconocer con humildad  tu lugar y su posición en este mundo. Con firmeza denunciar el mal donde quiera que se encuentre, sin ser arrogantes agresivos, amargados o pesimistas, sino con la ternura y delicadeza del espíritu. Mantener un espíritu alegre y un rostro sonriente, sirviendo al prójimo de acuerdo a nuestras capacidades y dones recibidos a través del Espíritu Santo. En el obrar de cada día tener el corazón y la mano abierta para dar con  generosidad, humildad y  sobre todo con amor. Con vocación genuina y dedicación, guiar y apoyar a los demás a tener una conversión que los lleve a una renovación y transformación de su mente, corazón y espíritu, a una visión de su existencia y al despertar  de su conciencia al cumplimiento de su propósito en la vida.

Esta transformación y renovación de la mente surge a partir de un cambio interior que se obtiene cuando se descubre la misericordia de Dios por obra de Espíritu Santo

María Díaz. MSN. Coach de Vida y Mediadora

 

lunes, 20 de enero de 2014

Amaras al Señor tu Dios

Oración

Mi Dios y Cristo Rey, Misericordioso  por siempre. Aquí estoy un día más en Tu Presencia ayúdame a vivirlo en gozo y agradecimiento. Te amo y te amaré por siempre. Solo a ti he de adorar y amar. Mi corazón es tuyo, solo a ti pertenece, soy  toda tuya, soy propiedad  tuya. Con celo guardo mi alma y mi corazón para ti. En ti pongo mi confianza, en ti espero, en ti solo descansa el alma mía. Pues de ti viene mi esperanza y mi salvación. Roca mía, Castillo mío, mi Escudo Salvador, mi eterno Refugio. En ti se place y se goza mi espíritu.                                                                                                                                                   
Luego de esta oración El Señor me lleva a su Santa Palabra

Mateo 22, 37-38

Jesús le respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.” Este es el  primero y el más importante de los mandamientos.

Sabiduría 16, 28

Hay que adelantarse al sol en darte gracias y rezarte desde el principio del día.

 
María Díaz. MSN. Coach de Vida y Mediadora