domingo, 25 de octubre de 2015

Justicia Evangélica


Justicia evangélica  es el amor humilde  hacia Dios, manifestado en nuestra vida diaria, al acoger con humidad los acontecimientos, experiencias y hasta personas que inesperadamente se nos presentan y  alteran la armonía de nuestra rutina de vida.

Munchas situaciones que nos parecen injustas dejan de serlo si vemos mas allá de las primeras impresiones.

Tú te preguntas donde están tus fallas pero, a lo mejor, Dios te había avisado de mil maneras y no lo habías tomado en cuenta

Job 32, 13-18
Tú te quejas de él porque no responde a todas tus razones. Pero mira que Dios  una vez y no lo repite dos veces. En sueños, en visión nocturnas,  cuando desciende el sueño sobre los hombres, duermen en su cama, el les abre el entendimiento y los espanta con apariciones, para retraerlos del mal y apartarlos de su orgullo.

Tú te desesperas en tu enfermedad, pero a lo mejor con ellas Dios te quiere instruir.

Job 33, 19
También instruye Dios al hombre en su cama, por medio del dolor y la fiebre.

Te quejas de Dios en la aflicción, pero a lo mejor no lo invocabas cuando te iba bien.

Job 35, 16
Antes gozabas de una abundancia sin límites y tu mesa rebosaba de grandes manjares, pero tú no condenabas al malvado y defraudabas el derecho del pobre. Ahora no te dejes atraer por la riqueza, ni te dejes comprar por los regalos. Haz comparecer tanto al rico como al que nada tiene, al débil como al poderoso. No aplastes aquellos que te son extraños, para poner en su lugar a tus parientes; guárdate de inclinarte hacia la injusticia.

Referencia
Biblia Latinoamericana IV edición



Bendición para tu cuerpo


Promesas de salud y sanidad / Bendición para tu cuerpo

Mateo 4,23

Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas. Predicando la Buena Nueva del Reino y sanando toda dolencia y enfermedad de la gente.

Jeremías 33,6

Yo, sin embargo me apresuraré a que se restablezcan y mejoren; les devolveré la salud.

Isaías 40, 29

El da fuerzas al que está cansado y robustece al que está débil.

Isaías 38, 17

Tú me sanarás y me devolverás la vida, mi enfermedad se cambiará  en salud.

Isaías 57, 18

“Yo les devolveré al salud, lo alentaré y lo ayudaré a recuperarse.

Sirácides 38, 7, 9

El Señor sana y alivia la enfermedad

Cuando estés enfermo no te amargues, sino ruega al Señor y él te sanará.

2 Reyes 20, 5

He oído tu súplica y ha visto tus lágrimas; te doy la salud.

Jesús como el Gran Doctor que es sana y fortalece todo tu cuerpo.

María Díaz