Justicia
evangélica es el amor humilde hacia Dios, manifestado en nuestra vida
diaria, al acoger con humidad los acontecimientos, experiencias y hasta
personas que inesperadamente se nos presentan y
alteran la armonía de nuestra rutina de vida.
Munchas situaciones que nos parecen injustas
dejan de serlo si vemos mas allá de las primeras impresiones.
Tú te
preguntas donde están tus fallas pero, a lo mejor, Dios te había avisado de mil
maneras y no lo habías tomado en cuenta
Job 32,
13-18
Tú te quejas de él porque no responde a todas
tus razones. Pero mira que Dios una vez
y no lo repite dos veces. En sueños, en visión nocturnas, cuando desciende el sueño sobre los hombres,
duermen en su cama, el les abre el entendimiento y los espanta con apariciones,
para retraerlos del mal y apartarlos de su orgullo.
Tú te
desesperas en tu enfermedad, pero a lo mejor con ellas Dios te quiere instruir.
Job 33, 19
También instruye Dios al hombre en su cama, por
medio del dolor y la fiebre.
Te quejas de
Dios en la aflicción, pero a lo mejor no lo invocabas cuando te iba bien.
Job 35, 16
Antes gozabas de una abundancia sin límites y
tu mesa rebosaba de grandes manjares, pero tú no condenabas al malvado y defraudabas
el derecho del pobre. Ahora no te dejes atraer por la riqueza, ni te dejes
comprar por los regalos. Haz comparecer tanto al rico como al que nada tiene,
al débil como al poderoso. No aplastes aquellos que te son extraños, para poner
en su lugar a tus parientes; guárdate de inclinarte hacia la injusticia.
Referencia
Biblia Latinoamericana IV edición
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