El que endereza a un
pecador de su mal camino, salvara su alma de la muerte y conseguirá el perdón de
sus pecados.
La fe es una fuerza.
Cuando se pide a Dios lo imposible, y es conforme a su voluntad, el dispone de
munchos medios para que esto sucedas.
Para extirpar la raíz del
mal, no hay otra solución que
restablecer al hombre en su dignidad de hijo de Dios.
Misericordia es la
capacidad de conmoverse antes las necesidades, angustias y pobreza de los demás.
Pedir a Dios la paz y la
justicia sin remover las estructuras opresoras del hombre, seria falsedad.
Hay que actuar sin
esperar que los otros empiecen.
Hay que humillarse, hay
que ser humildes. Hay que volver a la humildad. Hay escasez de humildad. Ya no
se vive en humildad. La humildad es una
de las 7 virtudes
Ciertas condiciones de
vida disponen al hombre a recibir las comunicaciones de Dios.
La perseverancia en la oración
trae la bendición de Dios.
Siempre que hay preocupación
es porque se mira un solo aspecto de la vida. Al mirar un hecho aislado surge
la desesperación, pero si se mira el
conjunto siempre se encontrara una razón para luchar.
El amor al prójimo se manifiesta en los esfuerzos que se
hace para lograr una sociedad más más eficiente y más justa que brinde a todos lo necesario.
Hay que proclamar las
gracias que Dios concede para que los otros crean en el amor de Dios.
El alma del hombre a
menudo le avisa mejor que siete centinelas en las alturas
En la iglesia están
guardadas las riquezas del Señor. Visítala para que disfrutes de
esas riquezas.
Deja salir lo bueno y lo noble
que hay en ti y acalla tus temores que provienen de tu naturaleza débil.
La falta de perdón impide
la libertad de espíritu.
Olfato espiritual es
distinguir lo verdadero y lo falso, es distinguir
entre lo que es la verdad y lo que no lo es.
Feliz el hombre que no
actúa en contra de su conciencia al tomar alguna decisión.
Una misión alcanza su
objetivo cuando logra formar comunidades responsables y con la participación activa
y efectiva de sus miembros.
La Providencia Divina
abarca todos los acontecimientos de nuestra vida.
No sueltes tu lengua para
el mal, sino para bendecir y alabar a tu prójimo y a Dios.
Glorifica a Dios a través
de tu trabajo.
Vive y trabaja en vida
fraterna, confiando en Dios con humildad, amándolo con todas tus fuerzas, con
todo tu corazón y con toda tu alma y espíritu.
Cuando Dios parece que
duerme, no duerme, solo observa.
Se nos olvida dar gracias
porque no sabemos descubrir las maravillas de Dios en nuestra vida.
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