domingo, 21 de mayo de 2023

Elige como reaccionar


Mateo 26, 39
“Padre, si es posible, aleja de mí esta copa. Sin embargo que se cumpla no lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.”

Sirácides 2, 2-3, 6, 11
Camina con conciencia recta y mantente firme; y en tiempo de adversidad no te inquietes.
Apégate al Señor. Confía en él, él te cuidará. El Señor es compasivo y misericordioso, perdona los pecados y salva en el día de la angustia. Abandonémonos en las manos del Señor, porque, como es su grandeza, así es su misericordia.

Reflexión
Actualmente se está viviendo una agonía, un Getsemaní y no hemos de hacer otra cosa que querer que se haga la voluntad del Padre Celestial.

No podemos escapar de esta situación, pero si podemos elegir como reaccionamos ante ella. Dios quiere que confiemos en el en medio de esta crisis. Cuando nos sometemos a su voluntad y reconocemos que él está utilizando esta situación de angustia para lograr algo grande en nuestras vidas, nos dará la gracia para soportarla. Hemos de hacer esta oración de poder, abandono y confianza en las manos del Padre con fe, con esperanza. Hay que tener fuerza de voluntad y sobre todo fe al hacer esta oración.

En esta crisis y prueba de fe en la que se encuentra el mundo, sí hacemos esta oración, la prueba será más llevadera y menos pesada, porque no hacemos resistencia, sino que nos entregamos y abandonamos en las manos del Padre con confianza. Esta oración nos lleva a una victoria segura. Debemos de hacer esta oración diariamente, “Padre que se haga tu voluntad” Hay momentos que no se puede hacer otra cosa que querer que se haga la voluntad del Padre. En esos momentos esta oración es más eficaz y poderosa que cualquier otra.

En este Getsemaní que estamos viviendo, no tengamos miedo. Hagamos como Jesús que se entregó a la voluntad del Padre. Vivamos este Getsemaní sometiéndonos a la voluntad del Padre Celestial. No temas soltarte de ti mismo, sueltate y entrégate en cuerpo, alma y espíritu al Padre Celestial para que el pueda obrar. Abandonémonos en fe en sus amorosas y misericordiosas manos. Dejemos que el actue conforme a su voluntad.


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