El peso de unas Bendiciones
Efesios 1, 3-4
Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús
nuestro Señor, que nos bendijo desde el cielo en Cristo, con toda clase de bendiciones
espirituales.
En Cristo Dios nos eligió antes de la creación del mundo, para estar en su presencia sin culpa
y sin mancha.
Isaías 42,9
He puesto mi Espíritu sobre él
Romanos 8, 30
Por eso, a los que eligió de antemano también los llama y cuando los
llama los hace justos, y después de hacerlos justos, les dará la gloria.
Reflexión
Permite que el Espíritu Santo te revele y confirme quien eres y con qué propósito te creo. Para que a sí te abras a la gracia divina y sean derramadas sobre ti las bendiciones del cielo.
Con humildad reconoce tu lugar y su posición en este mundo. Dios te creo para hacer obras buenas. Se obedientes y ábrete a la
gracia divina para que puedas ser sensibles a las manifestaciones del Espíritu
Santo para que pueda entrar y obrar en ti,
Entrégate a Dios
libremente sin reservas ni temores, para conocer su voluntad y en la voluntad divina estar dispuesto y
disponibles para el cumplimiento de sus planes en tu vida, para tu bien y el bien de los demás. Se genuino sin seguir la corriente del
mundo. Mantente firme en lo que se cree, en
la sana doctrina basada en la verdadera fe y en la Santa Palabra de Dios. Para si diariamente buscando cosas
del cielo y no las de la tierra, puedas renovarte y transformarte interiormente
en la mente y en el espíritu y así tener y expresar pensamiento, sentimientos y acciones de bendición sobre y sobre los demás
Estas bajo el
peso de unas bendiciones que solo esperan tu
respuesta para ser derramadas sobre ti.
María Díaz