domingo, 14 de abril de 2013

Despojate de tu voluntad


Despójate  de tu voluntad, dejad a Dios obrar
Nuestros acontecimientos de la vida diaria tienen que someterse a la voluntad de Dios.

No importa lo que sea, lo que se  viva o por lo que se ore, ha de someterse a la voluntad divina, para que se pueda realizar conforme al plan de Dios.

 Tanto en nuestra vida diaria, como en nuestra vida de oración no se tendrá ninguna ganancia ni victoria a no ser que se renuncie a la voluntad personal y nos rindamos por completo a la voluntad de Dios. Hay que despojar nuestra voluntad de todo apego que nos aleja y separa de la voluntad divina, e impide el obrar de Dios. El apego también a nuestras oraciones impide que Dios las pueda contestar. Solamente hay que orar, entregar a Dios nuestra oración en actitud de confianza y humildad, y el obrará.

 Dios solo deja entrar a sus misterios a aquellos que son capaces de someterse por completo a su voluntad, a aquel que se pone a los pies de Jesús en un acto de total entrega y sumisión despojándose de todo lo que lo ata y le impide entrar en un contacto íntimo y personal con Dios.

Hay que despojarse de todo apego inútil y estéril. Hay muy poca vida de sacrificio.

El hombre vive sumergido en unas comodidades que limitan su expansión hacia las dimensiones espirituales. El hombre se ha encerrado en un círculo de pasividad limitante que lo ha llevado a estrecharse y a veces hasta cerrar la puerta de salida hacia la vida de oración y sacrificio.

El hombre se ha encerrado en sí mismo y se ha debilitado tanto espiritualmente, hasta llegar al grado de caer en el olvido del respeto y el amor a Dios y a sus semejantes.

El hombre lucha tanto en contra de la voluntad de Dios que  a diario toma tantas decisiones equivocadas que lo van encerrando en mil confusiones y situaciones que lo llevan a un actuar desordenado y desequilibrado que lo alejan de su camino correcto a seguir, lo alejan de la voluntad de Dios para él, que es llevarlo hacia el camino hacia la Tierra Prometida.

Nunca se podrá lograr la realización de la voluntad de Dios en nuestras vidas si nos empeñamos en tomar la autoridad que le corresponde a Dios y no nos despojamos de nuestra voluntad y dejamos a Dios obrar.

María Díaz  RN.MSN / Coach de Vida
Miércoles 28 de mayo de 2008

 

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