Despójate de tu
voluntad, dejad a
Dios obrar
Nuestros acontecimientos de la vida diaria tienen
que someterse a la voluntad de Dios.
No importa lo que sea, lo que se viva o por
lo que se ore, ha de someterse a la voluntad divina, para que se pueda realizar
conforme al plan de Dios.
Hay que despojarse de todo apego inútil y estéril.
Hay muy poca vida de sacrificio.
El hombre vive sumergido en unas comodidades que
limitan su expansión hacia las dimensiones espirituales. El hombre se ha
encerrado en un círculo de pasividad limitante que lo ha llevado a estrecharse y a veces hasta cerrar la
puerta de salida hacia la vida de oración y sacrificio.
El hombre se ha encerrado en sí mismo y se ha
debilitado tanto espiritualmente, hasta llegar al grado de caer en el olvido del respeto y el amor a Dios
y a sus semejantes.
El hombre lucha tanto en contra de la voluntad de
Dios que a diario toma tantas decisiones equivocadas que lo van
encerrando en mil confusiones y situaciones que lo llevan a un actuar
desordenado y desequilibrado que lo alejan de su camino correcto a seguir, lo alejan de la
voluntad de Dios para él, que es llevarlo hacia el camino hacia la Tierra
Prometida.
Nunca se podrá lograr la realización de la
voluntad de Dios en nuestras vidas si nos empeñamos en tomar la autoridad que le
corresponde a Dios y no nos despojamos de nuestra voluntad y dejamos a Dios
obrar.
María Díaz RN.MSN / Coach de Vida
Miércoles 28 de mayo de 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario