Salmo 91,
1-7, 10-16
Tú que habitas al amparo del Altísimo, a la sombra del Todopoderoso, dile al Señor: “Mi amparo, mi refugio; en ti mi Dios, yo pongo mi confianza”.
El te libra
del lazo del cazador que busca destruirte; te cubre con sus alas y será su
plumaje tu refugio.
No temerás
los miedos de la noche ni la flecha disparada de día, ni la peste que avanza en
las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol.
Aunque
caigan mil hombres a tu lado y diez mil
a tu diestra, tú permaneces fuera de peligro; su lealtad te escuda y te
protege.
No podrá la
desgracia dominarte ni la plaga acercarse a tu morada, pues ha dado a sus
ángeles la orden de protegerte en todos tus caminos.
En sus manos
te habrán de sostener para que no tropiece tu pie en alguna piedra; andarás
sobre víboras y leones y pisarás cachorros y dragones.
“Pues a mí
se acogió, lo libraré; lo protegeré, pues mi Nombre conoció. Me llamará y yo le
responderé; estaré con él en la desgracia, lo salvaré y lo enalteceré; lo
saciaré de días numerosos y haré que pueda ver mi salvación.
El Señor te
dice que le perteneces, que eres propiedad suya, que te creo, te formo, te
rescato y que te llama por tu nombre. Con estas palabras el Señor te da la
seguridad y certeza de que eres protegido por él de todo peligro que amenace
con lastimar tu vida.
Cualquier
cosa que te sobrevenga, él la encontrará primero y luego te capacitará para
enfrentarla. El Señor estará listo para
acompañarte, no te dejará solo. Dios está allí y conoce todas las
circunstancias de tu vida, ya que antes de llegar a ti, llegan a él primero
No temas,
pues el Señor te ama tanto que es capaz de hacer lo imposible por ti y de pagar
el precio más alto por tu vida. Vive contento, confiado y con la seguridad de
que él te dará la luz que te guiará en
todos tus caminos, te fortalecerá, te dará el poder para luchar, te llenará de
esperanzas en la prueba, será tu consuelo, y te brindará gozo y alegría.
No importa
las circunstancias que tengas que atravesar, marcha adelante en Su Nombre, ya
que él va delante de ti y está en frente de ti. Y como le abrió el camino a su
pueblo Israel, liberándolo de todo peligro ante sus enemigos, así también a ti
te abrirá el camino, para que pases sin peligro ante cualquier circunstancia de
la vida
Pasarás como
Israel, que el mar atravesó y luego le cantarás a Yavé tu Dios un cántico de
agradecimiento y de victoria.
No hay
fuerzas ni males de la tierra que puedan con los hijos del Cielo. Sólo basta
que tengas la certeza de que Dios protege al que confía en él.
Bendita
esperanza que nos da Dios de su protección. En él tenemos un bendito refugio, y
amparo seguro que nos libra de todo peligro, y nos permite andar seguro a un en
medio de las experiencias y circunstancias
difíciles y dolorosas de nuestra vida.
Dios a través de su protección sobre nosotros, toma el control de todo lo que sucede alrededor nuestro e impide que se acerque a nosotros cualquier mal que amenace nuestra vida.
María Díaz MSN
Coach de
Vida y Mediadora
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