Todos los servidores del Señor,
los que sirven en la casa del Señor:
alcen esas sus manos al Santuario,
bendigan al Señor todas las noches.
Cristo subía solo al cerro para orar,
y allí pasaba muncho tiempo y a veces
noches enteras, rezando por sus discípulos.
Entreguemos pues, nuestras oraciones nocturnas
en sacrificio de alabanza permanente hacia Dios.
María Díaz MSN
Coach de Vida y Mediadora
No hay comentarios:
Publicar un comentario