jueves, 6 de febrero de 2014

La búsqueda del amor

Cantar 8, 6-7

Guárdame en tu corazón como tu sello o tu joya siempre fija a tu muñeca, Porque es fuerte el amor como la muerte, y la pasión, tenaz como el infierno; sus flechas son dardos de fuego como llama divina. No apagarán el amor ni lo ahogarán océanos ni ríos.

El amor es fuerte como la muerte. Fuerte es el amor de Dios celoso y fuerte también es el amor que él pone en el corazón de sus hijos:

Cómo logrará el amor ser fuerte como la muerte. Si acepta mirar al amor eterno, a Dios. El amor no consiste en mirarse el uno al otro, sino en la búsqueda común de Dios. Los esposos no se convierten en ídolos uno al otro, ni hacen de su felicidad la meta de su vida; sería ir a  la esterilidad . Más bien quieren responder a un llamado de Dios y construir con él su vida y Dios es quien les dará la felicidad.

El amor es fuerte como la muerte. La amada sabe que la unión con el amado no tendrá fin. Para nosotros es intolerable pensar que la muerte destruye a los que queremos y que no queda nada de nuestro amor, ni siquiera un recuerdo. El amor verdadero cree en la resurrección.

Reflexión

Para encontrar al verdadero amor hay que ir a la fuente principal de donde surge y brota el eterno amor, a Dios, ya que el misterio del amor humano desemboca en el misterio del amor de Dios. El misterio del amor de Dios se nos revela a través de nuestra  propia existencia, porque somos creados como prueba de la existencia del amor de Dios. Este amor divino es fuerte y nada ni nadie lo puede  romper ni separarnos de él.  A si de fuerte es también el amor que Dios deposita en nuestro corazón, porque todo amor humano tiene su origen en la fuerza del amor divino, por lo tanto es inquebrantable.

El fin primordial del amor es la búsqueda de un encuentro con Dios, y  a si de esta manera responder al llamado que él hace, para construir toda relación en él y obtener a si la verdadera felicidad.

Ya que el amor proviene de Dios debe producir sus frutos en él. Y uno de los frutos del amor debe ser dar vida, resucitar lo que está  “muerto”. Así mediante esta resurrección se transforma la relación, y le da sentido y valor a la misma y la persona como tal. Esta resurrección de la relación trae alegría y brinda la esperanza de que este amor no morira jamás, porque el verdadero amor cree en la resurrección. Esto es lo que  hace que el amor sea fuerte como la muerte. Todo esto es lo que motiva e inspira la búsqueda de amor.

María Díaz. MSN, Coach de Vida y Mediadora

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