Confía en tu cuerpo
físico y ten la seguridad de
que todos tus órganos
funcionan perfectamente.
Pensando así, ayudarás a
tu propia salud.
Confía en el poder
renovador de la vida que hay en ti.
Aleja el pensamiento de
la vejez.
!Dios está en ti!
Renueva tu salud con una
respiración perfecta y no
aceptes jamás la idea del
sufrimiento y dolor.
Piensa siempre bien, para
tener buena salud.
Dios actúa en beneficio
tuyo
******************.
Sirácides 34, 13, 17
El espíritu de los temen
al Señor vivirá, porque
su esperanza está en
aquel que salva.
El levanta el alma,
ilumina los ojos, da salud vida y bendición.
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