jueves, 25 de diciembre de 2014

Buena Nueva de Salvación


Lucas 2, 9-14

El Ángel del  Señor se les apareció y los rodeo de claridad la gloria del Señor, y fueron presa del temor.

Pero el ángel les dijo: “No teman, porque yo vengo a comunicarles una buena nueva que será motivo de muncha alegría para todo el pueblo. Hoy ha nacido para ustedes en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo Señor. En esto lo reconocerán: hallarán a un recién nacido, envuelto en pañales y acostado en una pesebrera. De pronto una multitud de seres celestiales  aparecieron en torno al ángel, y cantaban a Dios: “Gloria a Dios en los más alto  y en la tierra, gracia y  paz a los hombres.

Reflexión

Con el Nacimiento de Jesús empiezan nuevos tiempos, nace la esperanza y la certeza de la salvación de la humanidad.

El nacimiento de Dios ha de ser una oportunidad de preparación  para que al hombre nazca a una nueva vida centrada en Jesús, nazca a una vida espiritual

A través del nacimiento de Dios el ser humano tiene un nuevo nacimiento, se rompen todas sus ataduras, hay liberación, recibe del Espíritu la nueva vida de hijos de Dios. Aquí no hay intervención de hombre, aquí obra la intervención de Dios que lo lleva al Padre, para engendrarlo en el Espíritu.

Con este nuevo nacimiento llega La Luz a la vida humana para iluminar todo su ser, y así vencer las fuerzas del mal y permitir  que brille en medio de las tinieblas.

En el nuevo nacimiento El Espíritu Santo viene, entra y hace morada en corazón y espíritu  del ser humano ungiéndolo con Su Santa Presencia. Esta unción brinda la fuerza del conocimiento, para anunciar la Buena Nueva de Salvación, que redime y repara la caída del hombre.

Una vez redimido el hombre puede vivir en la alegría y la paz de Dios que trae el nuevo nacimiento como hijo de Dios.
 
María Díaz
 

 


 

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