Lucas 2, 9-14
El Ángel
del Señor se les apareció y los rodeo de
claridad la gloria del Señor, y fueron presa del temor.
Pero el ángel
les dijo: “No teman, porque yo vengo a comunicarles una buena nueva que será motivo
de muncha alegría para todo el pueblo. Hoy ha nacido para ustedes en la ciudad
de David un Salvador, que es Cristo Señor. En esto lo reconocerán: hallarán a
un recién nacido, envuelto en pañales y acostado en una pesebrera. De pronto
una multitud de seres celestiales
aparecieron en torno al ángel, y cantaban a Dios: “Gloria a Dios en los
más alto y en la tierra, gracia y paz a los hombres.
Reflexión
Con el Nacimiento de Jesús empiezan
nuevos tiempos, nace la esperanza y la certeza de la salvación de la humanidad.
El nacimiento
de Dios ha de ser una oportunidad de preparación para que al hombre nazca a una nueva vida
centrada en Jesús, nazca a una vida espiritual
A través del nacimiento de Dios el ser humano tiene un nuevo
nacimiento, se rompen todas sus ataduras, hay liberación, recibe del Espíritu
la nueva vida de hijos de Dios. Aquí no hay intervención de hombre, aquí obra
la intervención de Dios que lo lleva al Padre, para engendrarlo en el Espíritu.
Con este nuevo nacimiento llega La Luz a la vida humana para iluminar
todo su ser, y así vencer las fuerzas del mal y permitir que brille en medio de las tinieblas.
En el nuevo nacimiento El Espíritu Santo viene, entra y hace morada en corazón
y espíritu del ser humano ungiéndolo con
Su Santa Presencia. Esta unción brinda la fuerza del conocimiento, para
anunciar la Buena Nueva de Salvación, que redime y repara la caída del hombre.
Una vez redimido el hombre puede vivir en la alegría y la paz de Dios
que trae el nuevo nacimiento como hijo de Dios.
María Díaz
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