Les doy este mandamiento nuevo: que se amen unos a otro. Ustedes se amarán unos a otros como yo los he amado. Así reconocerán que todos ustedes son mis discípulos: si se tienen amor unos a otros.
Mientras profundizamos en el misterio del amor divino que se nos manifiesta en Jesús, nuestro amor se va identificando con el mismo amor eterno de Dios que, al fin deberá actuar sólo a través de nosotros. El amor autentico viene de Dios y hace que todos volvamos a la unidad en Dios. El amor según Dios es el que libera al prójimo y lo incita a desarrollar plenamente los dones que el Señor le entregó. El amor que se inspira en el de Cristo, respeta el misterio del otro y lo ayuda a ser lo que Dios quiso que fuera.
Referencia: Biblia Latinoamericana IV edición.
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