lunes, 6 de mayo de 2019

Déjate mirar por Jesús


Oh Mi Amado Jesús Misericordioso, gracias por tu Mirada de Amor

Tu Mirada de Amor sana mis heridas.

Tu Mirada de Amor me consuela.

Tu Mirada de Amor me alienta.

Tu Mirada de Amor me motiva.

Tu Mirada de Amor me levanta.

Tu Mirada de Amor me reconforta.

Tu Mirada de Amor alivia mi dolor.

Tu Mirada de Amor cambia mi tristeza alegría.

Tu Mirada de Amor me renueva.

Tu Mirada de Amor me reconcilia conmigo misma.

Tu Mirada de Amor me perdona.

Tu Mirada de Amor me transforma.

Tu Mirada de Amor me acompaña.

Tu Mirada de Amor me da seguridad.

Tu Mirada de Amor me da valor

Tu Mirada de Amor me permite perdonar.

Tu Mirada de Amor me dirige hacia la piedad.

Tu Mirada de Amor me hace ser paciente.

Tu Mirada de Amor me da calma.

Tu Mirada de Amor me permitir ver a través de los ojos del amor.

Tu Mirada de Amor alumbra mis caminos

Tu Mirada de Amor me dirige hacia el bien.

Tu Mirada de Amor me dirige hacia la justicia

Tu Mirada de Amor me da esperanzas.

Tu Mirada de Amor me mueve hacia la compasión

Tu Mirada de Amor vence mi orgullo

Tu Mirada de Amor me permite vivir en humildad

Tu Mirada de Amor me lleva hacia la obediencia divina

Tu Mirada de Amor me permite ser perseverante ante la adversidad.

Tu Mirada de Amor me dirige hacia el amor.

La Mirada de Jesús transforma nuestras miradas, nuestras vida y nuestro corazón

Jesús nos mira como nadie nos mira, El nos mira con paz, con bondad, con nobleza, con, ternura, con compasión, con misericordia. El nos mira más allá de nuestra apariencia, más allá de nuestras faltas de nuestros fracasos y debilidades, de nuestros pecados,

La Mirada de Jesús nos da calma y paz, nos da esperanzas, nos sana nos anima y nos motiva.

La fuerza y el poder de la mirada de Jesús transformó la vida de Mateo, de Pedro, de Zaqueo, de María Magdalena de la Samaritana, de Pablo y de munchos más. Así como Jesús transformo estas vidas a través de su mirada, puede transformar tu vida si te dejas mirar por El.

Dejémonos mirar por Jesús que nos mira en la Oración, en la Eucaristía, en nuestros prójimo y en las experiencias de la vida diaria.  Dejémonos mirar por Jesús para poder vivir en amor, en paz, en gozo, en fe y en esperanza.

María Díaz

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