martes, 11 de marzo de 2014

La Purificación

Ezequiel 36. 25-26, 29,33
“Derramaré sobre ustedes agua purificadora y quedaran purificados. Los purificaré de toda mancha y de todos sus ídolos. Les daré un corazón nuevo, y pondré dentro de ustedes un espíritu nuevo.

Los limpiaré de sus manchas.

Esto dice el Señor, Yavé: El día en que yo los purifique de toda sus maldades poblaré sus ciudades y levantaré lo que estaba en ruina, y se verá cultivada la tierra desierta.”

Reflexión

Purificar es una limpieza interior profunda, es sacar todo aquello que no da frutos. Sacar del interior del hombre, de lo profundo de su corazón y de su espíritu  aquello que contamina y mancha su ser

Se purifica el oro en el fuego. Se oxida el metal, se funde, se quema y luego brilla y resplandece. A si mismo sucede en el ser humano, debido a las circunstancia y experiencias de la vida se contamina con el medio ambiente que lo rodea y poco apoco va perdiendo lo valioso de sí mismo, se oxida y se va manchando hasta quedar oculto en la sombra de pecado. Su corazón cambia y su espíritu se confunde, en esa confusión comete errorres y cae en la adoración de ídolos falsos, que lo llevan a la ruina, al fracaso y a una vida llena pecado y de mucho dolor.

Como el metal oxidado que pasa por unos procesos hasta quedar resplandeciente y volver a brillar, a si mismo el ser humano ha de pasar por un proceso de purificación, que lo abra de llevar a brillar a través de la luz de Cristo.

Cada situación y experiencia que le sucede al ser humano, siempre ha de tener como, propósito llevarlo a la presencia del Padre para limpiarlo, redimirlo y purificarlo y hacerlo brillar brillar ante los demás.

Jesús mediante un acto de misericordia para con el ser humano, derrama sobre el su espíritu, que lo ha de llevar a un proceso de limpieza, quitándole su maldad, su pecado y transformando su vida de ruina y desierto en un vida fértil, donde se cultiven pensamientos sentimientos que le permitan tener un corazón y un espíritu nuevo.

Mediante esta purificación el Señor le regala al hombre de su amor, misericordia y su perdón. Jesús a través del proceso de purificación manifiesta el poder de su gracia y el esplendor de su gloria en cada acto de misericordia para con el ser humano.

María Díaz. MSN
Coach de Vida y Mediadora

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