Efesios 6, 11-18
Pónganse
la armadura de Dios para poder resistir las maniobras del diablo. Porque
nuestra lucha no es contra fuerzas humanas, sino contra los gobernantes y
autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras. Nos enfrentamos con
los espíritus y las fuerzas sobrenaturales del mal.
Por
eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y
mantenerse en la fila, valiéndose de todas sus armas.
Tomen
la verdad como cinturón, la justicia como coraza, y, como calzado, el celo por
propagar el Evangelio de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe,
y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio. Por último, usen el
casco de la salvación y la espada del Espíritu, o sea, la palabra de Dios.
Vivan
orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen
en común y prosigan sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo a favor
de todos los hermanos.
Reflexión
Que
pocos hoy día se ponen esta armadura. La mayoría de los cristianos andan
desarmados. Por eso muchos son vencidos, derrotados y echados al suelo y
aplastados por el enemigo y por la corriente del mundo. Muchos flaquean y
desfallecen porque no saben protegerse. No se ponen su armadura del cristiano
porque les resulta pesada, porque exige compromiso, fidelidad lealtad, justicia
y verdad.
Si
supieran y aprendieran a usar esta armadura correctamente jamás serian vencidos
por los ataque de un enemigo astuto y perverso. Que se atrevan y sean valientes
y vallan a al campo de batalla vestidos como un buen soldado de Cristo, sin
temor a la burla o al qué dirán porque van vestidos diferentes a los demás.
Vístete
con la armadura del cristiano para que puedas ir en contra de la corriente del
mundo y luchar firmemente por la igualdad, la paz, la verdad y la justicia
social. Para que seas fuerte con la fuerza y energía de Dios. Ponte la armadura
de Dios para que te atrevas a anunciar valientemente el Evangelio y así
derrumbar murallas que oprimen al hombre y le impiden vivir en la libertad de
hijo de Dios. Con esta armadura proclamara con fortaleza, firmeza y poder la
Palabra de Dios, y orara sin desanimarte, siempre intercediendo a favor de los
demás
La
armadura del cristiano es necesaria e indispensable para todo aquel que ha sido
llamado al combate de guerra espiritual. Asegúrate que no te falte ni un arma,
para que te las pongas todas. El solo hecho de no ponerte alguna es necesario
para ser tentado a desanimarse, detenerse y ser debilitado por la astucia del
enemigo.
Para fortalecer cada día tu carácter combativo
de cristiano has de estar vestido diariamente con tu vestido de soldado de
Cristo. Has de presentarte al mundo como un soldado de guerra del ejército de
Dios.
María Díaz .MSN
Coach
de Vida y Mediadora