Mateo 6, 9-23
No se hagan tesoros en la tierra, donde la polilla y el
gusano los echan a perder y a donde los ladrones rompen el muro y roban.
Acumulen tesoros en el Cielo, donde ni la polilla, ni el gusano
los echan a perder, ni hay ladrones para romper el muro y robar.
Pues
donde están tus riquezas, ahí también estará tu corazón.
Reflexión
Llegamos
a la vida sin nada y no iremos de la vida sin nada. Todo lo que tenemos y acumulemos será pasajero, porque la polilla y el moho lo
destruyen y hay ladrones que perforan y penetran las paredes y se los roban.
La ropa, zapatos y carteras se desgastan, los automóviles
se descomponen, el dinero se acaba, el hogar puede ser destruido por un fuego,
inundaciones, huracanes o terremotos.
Muy poco de lo que se posee durara para dejarlo a la próxima generación.
Con frecuencia se vive ganando, gastando y acumulando
tesoros pasajeros, solo con la intención de demostrar que se vive en abundancia
o para que se le admire y respete por lo que se posee.
Al fin se engaña a sí mismo y solos se llena de
preocupaciones e insatisfacción porque no encuentran la felicidad en nada de lo
que poseen y acumulan.
La vida permite tener bienes y recursos materiales para
que se usen con sentido común de
generosidad y buenas acciones para con los necesitados.
Cristo enseño que, siendo generosos y sirviendo a los
menos afortunados, podemos convertir
los bienes materiales en tesoros eternos.